Incontro Mondiale dei Movimenti Popolari

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Presentazione ai giornalisti dell’Incontro Mondiale dei Movimenti Popolari, promosso da Pontificio Consiglio Giustizia e Pace, Pontificia Accademia delle Scienze Sociali e Dirigenti di vari Movimenti. [divider]

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Alle ore 11.30 di questa mattina, nell’Aula Giovanni Paolo II della Sala Stampa della Santa Sede, ha luogo la conferenza stampa di presentazione dell’Incontro Mondiale dei Movimenti Popolari che si tiene a Roma dal 27 al 29 ottobre, organizzato e promosso dal Pontificio Consiglio della Giustizia e della Pace in collaborazione con la Pontificia Accademia delle Scienze Sociali e con i Dirigenti di vari Movimenti.

Intervengono l’Em.mo Card. Peter Kodwo Appiah Turkson, Presidente del Pontificio Consiglio della Giustizia e della Pace; S.E. Mons. Marcelo Sánchez Sorondo, Cancelliere della Pontificia Accademia delle Scienze Sociali; il Sig. Juan Grabois, Responsabile della Confederazione dei Lavoratori dell’Economia Popolare, membro del Comitato Organizzatore dell’Incontro.
Pubblichiamo di seguito gli interventi del Card. Peter Kodwo Appiah Turkson e del Sig. Juan Grabois:

Intervento del Card. Peter Kodwo Appiah Turkson

Your Excellency Bishop Sánchez Sorondo, Fr. Lombardi, Mr. Grabois, dear friends:

Pope Francis continually reminds the Church to go to the peripheries of human existence and embrace the excluded, the marginalized, those who are rejected and in danger of being discarded.

Individuals and whole families, communities and whole peoples, exist precariously – often with enormous sufferings – on the margins of all societies, not just the so-called “poor” or “developing” or “Southern” ones. Sadly, practically every country today seems infected with the “throw-away” culture, and experiences growing populations of marginalized and rejected, especially among the young and the old.

Faced with the challenges of globalization and indifference, Evangelii Gaudium calls on both the Church and the world to listen to the cry for justice and to respond with all our strength (see EG n. 188). Both as Church and as societies, we must learn to include the excluded. This means to reach out to those on the periphery and welcome the marginalized to become full members of our communities, economies, and societies.

But what is essential is first to listen humbly: not only to the sufferings, but also to the expectations, hopes and proposals which the marginalized themselves have. They must be protagonists of their own lives, and not simply passive recipients of the charity or plans of others. They must be protagonists of the needed economic and social, political and cultural changes.

In order to do so, they organize themselves into popular groups and movements. Over a hundred representatives of such organizations are gathering from all over the world for the meeting to take place here next week. They will meet to share, discuss and face five key topic areas: the growing challenges of housing, work, land, violence and environment.

The Church wants to make its own the needs and aspirations of the popular movements, and to join with those who, by means of different initiatives, are making every effort to stimulate social change towards a more just world.

At the same time, different popular organizations feel a great desire to meet with the Church and join in this quest for the many deep changes needed at local, regional and global levels.

In July 2013, the whole world followed Pope Francis as he walked into the favelas of Rio de Janeiro to communicate the simple yet powerful message of God’s love for those members of the human family who, excluded by society, might also feel excluded from God’s love and care. The proclamation of Christ’s mercy, of our Heavenly Father’s providence, must reach everyone, regardless of their situation in life. Pope Francis repeatedly calls on the Church to be poor in order to address a credible message to the poor – as well as to the world’s decision-makers.

The World Meeting of Popular Movements promises to be a great dialogue with a view to on-going communication, cooperation and coordination amongst the grass-roots movements and between them and the Church at every level.

Thank you for your presence here this morning and for helping us to share the stories of people who struggle, day in and day out, to be active participants in their societies and artisans of our common future. Thank you!

[01669-02.01] [Original text: English]

Intervento del Sig. Juan Grabois

Mi nombre es Juan Grabois y tengo la suerte de haberme encontrado en la Argentina a un buen hombre que solidarizó con la lucha de los excluidos en momentos muy difíciles que nos tocó vivir. Jorge Bergoglio nos acompañó durante años en el proceso de organización de los cartoneros, campesinos, vendedores ambulantes, artesanos, costureros y fábricas recuperadas, los herederos de la crisis que trajo el capitalismo neoliberal. Ese gran amigo de los pobres, no hace mucho, en otras latitudes, se aparecía en un villa para encontrarse con los más humildes después de viajar horas en colectivo o por las noches bajaba del metro para darle la bendición a un grupo de cartoneros en un oscuro rincón de Buenos Aires. Hoy esa misma persona – gracias a Dios – es Pastor de todos los católicos y una referencia moral para las personas de buena voluntad alrededor del mundo. Francisco, a diferencia de muchos que cuando acceden a puestos de relevancia se marean por las alturas, no dejó las convicciones en la puerta del Vaticano, no dejó de querernos y soportarnos aunque tal vez desentonamos en algunos ambientes, no dejó de considerar la posición como una responsabilidad, como un servicio y no como privilegio… Francisco hoy nos convoca nuevamente, ya desde una perspectiva universal, a los pobres y a los pueblos pobres, organizados en miles de movimientos populares, para que demos la batalla – sin soberbia pero con coraje, sin violencia paro con tenacidad, sin resentimientos pero con un sentido profundo de amor al prójimo, sobre todo al más débil – para que demos batalla por esa dignidad que nos robaron y por la justicia social… ideales cada vez más lejanos en un mundo empachado de indiferencia, crueldad e inequidad. El hecho de que tantos luchadores y luchadoras sociales – muchos de nosotros católicos y otros muchos no – podamos reunirnos aquí es una alegría sin precedentes, es un abrazo que nos da Francisco y que nos fortalece para seguir adelante en nuestra convicción activa de que un mundo mejor es posible.

Más allá de ese gran anhelo, de los grandes ideales de paz y justicia que, aunque lejanos como las estrellas, nos guían en el camino, nuestro encuentro responde principalmente a objetivos concretos, simple, sencillo, que todos compartimos, que todos deseamos para nuestros hijos y nietos, pero que están cada vez más lejos de las mayorías populares: tierra, techo y trabajo. Esto no es nada raro, que nadie busque interpretaciones ideológicas: es la doctrina social de la iglesia. ¿Por qué se ha hecho tan difícil trabajar dignamente, acceder a una vivienda o cultivar la tierra? ¿Por qué se ha hecho tan difícil para nuestros jóvenes edificar un proyecto de vida libre, digno, creativo? ¿Por qué parece una utopía inalcanzable que todas las personas y todos los pueblos convivan en un marco de diversidad cultural y religiosa, de respeto tanto a los derechos individuales como a los colectivos, sin violencia, sin ultrajes ni opresión? Este Encuentro debe servir para que entre todos podamos responder esas preguntas con mayor profundidad no para regodearnos en un debate abstracto sino en la perspectiva de construir el cambio.

Por ese motivo, nuestro Encuentro expresa también la necesidad de promover la organización de los pobres para construir desde abajo la alternativa humana a esta globalización excluyente que nos arrebata hasta los derechos sagrados al techo, el trabajo, la tierra, el ambiente y la paz. Este sistema en el que vivimos, que no solo nos descarta, que sólo nos desplaza, que no solo destruye la naturaleza sino que también nos extermina a través de la guerra, de la violencia, de la droga es – como dice el Santo Padre – la consecuencia del culto idolátrico del dios dinero… culto que se pretende imponer como religión universal… pero que nosotros rechazamos, que nosotros combatimos y venimos muy humildemente a nuestras experiencias alternativas, los procesos que transitamos para vivir dignamente, bien lejos del consumismo, el individualismo y la indiferencia.

Hicimos un esfuerzo para garantizar la presencia de dirigentes de organizaciones que surgen de los sectores más empobrecidos, más golpeados, más perseguidos y que quieren hablar con su propia voz … Este Encuentro Mundial de Movimientos Populares reúne a dirigentes sociales de los cinco continentes que representan organizaciones de base construidas por quienes ven vulnerado, amenazado o directamente cercenado su inalienable derecho al trabajo decente, al techo digno, a la tierra fértil. Se trata principalmente de movimientos representativos de tres sectores sociales cada vez más excluidos: (a) los trabajadores precarizados, migrantes, temporales, desempleados y los que participan en el sector popular, informal y/o autogestivo, sin protección legal, reconocimiento sindical ni derechos laborales; (b) los campesinos, los sin tierra, los pueblos originarios y las personas en riesgo de ser expulsadas del campo a causa de la especulación agrícola y la violencia; (c) las personas, muchas de ellas migrantes y desplazados, que viven en los suburbios y asentamientos informales, marginados, olvidados, sin infraestructura urbana adecuada. También participarán organizaciones sindicales, sociales, benéficas y de derechos humanos que se han mostrado cercanas a estos movimientos y que han sido sugeridas por ellos mismos para acompañar el Encuentro respetando el protagonismo de los movimientos de base. También, contaremos con la participación de agentes pastorales, autoridades del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, y científicos de la Pontificia Academia de Ciencias.

Este Encuentro ha sido posible gracias – desde ya – al acompañamiento del Papa Francisco, pero también a la colaboración activa del PCJP y de la PAS representadas aquí por Cardenal Turkson y Mons. Sanchez Sorondo. Es importante destacar también la labor infatigable de dos organizaciones populares latinoamericanas: el Movimiento de Trabajadores Excluidos / Confederación de Trabajadores de la Economía Popular y el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de la Vía Campesina Internacional. También quisiera señalar el aporte de las organizaciones SlumDwellers International y el Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos.

Tal como figura en el material oficial, este Encuentro tiene entre sus objetivos generales

Compartir el pensamiento social de Francisco,

Debatir las causas de la creciente desigualdad social y el aumento de la exclusión en todo el mundo

Reflexionar sobre las experiencias organizativas de los movimientos populares en la resolución de las problemáticas de tierra, vivienda y trabajo.

Evaluar cuál es el rol de los movimientos en los procesos de construcción de la paz y en el cuidado del ambiente, particularmente en las regiones afectadas por conflictos bélicos o por disputas sobre los recursos naturales.

Discutir la relación de los Movimientos Populares con la Iglesia, y cómo avanzar en la creación de una instancia de articulación y colaboración permanente.

Pretendemos cerrar el Encuentro con dos acciones que pueden ser de gran relevancia: (1) la publicación de una declaración final con el mayor consenso posible (2) la constitución de un Consejo de Movimientos Populares que trabaje en la formulación de instancias de articulación a nivel global.

 Estamos convencidos de que tierra, techo y trabajo son derechos humanos elementales. Tenemos plena confianza en que con organización, trabajo y lucha podemos conseguirlo. Y le agradecemos profundamente a Francisco por acompañarnos.